Este fin de semana fui a Estocolmo, de hecho he llegado hoy a las 10 de la mañana. Es una ciudad muy bonita, nada que ver con Helsinki. Hay agua por todos sitios, los edificios históricos son preciosos y la ciudad tiene un encanto especial por esa mezcla entre el modernismo y el casco antiguo.
Echad un vistazo a las fotos del barco si podéis porque parece un hotel, en ningún momento me dio la impresión de estar dentro de un barco de no ser por las dieciséis horas de viaje que te pegas encerrado en ese sitio, por supuesto otras tantas para volver. Tenía doce plantas, 2 discotecas, sauna, spa, jacuzzi, dos plantas para parking y por supuesto restaurantes y la típica tienda libre de impuestos en la que la gente acostumbra a comprar alcohol, tabaco y chocolate como si estuvieran en el supermercado al lado de casa, parece que a todo el mundo le parece de lo más normal ir de compras en un barco. En la ultima planta había promoción de la consola PlayStation 3, por lo que había unas 8 consolas con diferentes juegos disponibles para pasarte las horas que quisieras y por la noche fiesta!
Llegué a Estocolmo a las 10 de la mañana y allí me esperaba la sueca más morena que os podáis imaginar! Ana!!!! Aunque la pobre había salido el día anterior y aún estaba durmiendo cuando la llamé. Después de acordarse un poco de mi familia, me dijo como llegar hasta donde estaba ella con el metro y nos encontramos en su residencia. Puedo decir que su residencia está bastante mejor que los pisos donde yo vivo, aunque el sistema es diferente porque ellos comparten cocina entre grupos de 8-10 personas si no me equivoco, pero en general las instalaciones son mejores.
Me quedé un rato por ahí y nos fuimos a comer a un sitio increíble, era un buffet libre vegetariano (lo sé, no lo hubieseis dicho nunca) que estaba buenísimo y tenía unas vistas de la ciudad alucinantes. Encima me hicieron descuento de estudiante con el carnet de mi universidad finesa jajaja, es que estos nórdicos... que buena gente que son, por no decir otra cosa. Todo iba de cine, buena comida, buena vista hasta que se puso a llover un poco solo, lo suficiente como para acabar con la sequía de Catalunya, pero al cabo de unos 20 minutos o así paró.
Después de eso paseo monumental por la ciudad, cortesía de Ana, esa pedazo de guía! Fuimos por el casco antiguo, recorriendo las diferentes islas que hay en Estocolmo, andando hasta la saciedad y contemplando lo diferente que esa ciudad de Helsinki, cada edificio tiene algo característico que hace que te fijes, ya sea en el tejado o en la fachada. Por la noche cena en un restaurante de comida Sueca a la cual se apuntó Magí, un chico de mi facultad en Barcelona que conocí los primeros años. Nos lo pasamos muy bien hablando de la gente de otros países, estereotipos, a quien odiamos... Para comer Ana pidió salmón, Magí pidió ciervo y yo pedí reno, los tres platos estaban buenísimos. Por la noche fuimos a un club, recomendación de una amiga de Ana que también venía y resultó ser un auténtico muermo, la música era imposible de bailar, era tecno trance garage hyper mega house mix con sonidos de motos y aviones (lo juro).
Al día siguiente pateada de nuevo, pero esta vez más corta y después de desayunar unas magdalenas increíbles (hay que ver como se cuidan estos nórdicos!) con unas vistas aún mejores. Volvimos a quedar con Magí que nos acompaño a dar un vuelta, siempre grata su compañía porque tiene un humor que me encanta, y llegamos hasta el Vasamuseet que es un museo construido a partir del único barco del siglo XVII que está casi intacto.
En fin, una experiencia que hay que repetir ya que no da tiempo a ver todos los encantos de esta ciudad en un día y medio. Muchas gracias a Ana y Magí por enseñarme la ciudad y espero poderles enseñar alguna ciudad tan bien como lo han hecho ellos. La verdad es que me dejo algunas cosas por explicar pero no quiero hacer este post más largo de lo que ya es.
Saludos a tod@s!
Echad un vistazo a las fotos del barco si podéis porque parece un hotel, en ningún momento me dio la impresión de estar dentro de un barco de no ser por las dieciséis horas de viaje que te pegas encerrado en ese sitio, por supuesto otras tantas para volver. Tenía doce plantas, 2 discotecas, sauna, spa, jacuzzi, dos plantas para parking y por supuesto restaurantes y la típica tienda libre de impuestos en la que la gente acostumbra a comprar alcohol, tabaco y chocolate como si estuvieran en el supermercado al lado de casa, parece que a todo el mundo le parece de lo más normal ir de compras en un barco. En la ultima planta había promoción de la consola PlayStation 3, por lo que había unas 8 consolas con diferentes juegos disponibles para pasarte las horas que quisieras y por la noche fiesta!
Llegué a Estocolmo a las 10 de la mañana y allí me esperaba la sueca más morena que os podáis imaginar! Ana!!!! Aunque la pobre había salido el día anterior y aún estaba durmiendo cuando la llamé. Después de acordarse un poco de mi familia, me dijo como llegar hasta donde estaba ella con el metro y nos encontramos en su residencia. Puedo decir que su residencia está bastante mejor que los pisos donde yo vivo, aunque el sistema es diferente porque ellos comparten cocina entre grupos de 8-10 personas si no me equivoco, pero en general las instalaciones son mejores.
Me quedé un rato por ahí y nos fuimos a comer a un sitio increíble, era un buffet libre vegetariano (lo sé, no lo hubieseis dicho nunca) que estaba buenísimo y tenía unas vistas de la ciudad alucinantes. Encima me hicieron descuento de estudiante con el carnet de mi universidad finesa jajaja, es que estos nórdicos... que buena gente que son, por no decir otra cosa. Todo iba de cine, buena comida, buena vista hasta que se puso a llover un poco solo, lo suficiente como para acabar con la sequía de Catalunya, pero al cabo de unos 20 minutos o así paró.
Después de eso paseo monumental por la ciudad, cortesía de Ana, esa pedazo de guía! Fuimos por el casco antiguo, recorriendo las diferentes islas que hay en Estocolmo, andando hasta la saciedad y contemplando lo diferente que esa ciudad de Helsinki, cada edificio tiene algo característico que hace que te fijes, ya sea en el tejado o en la fachada. Por la noche cena en un restaurante de comida Sueca a la cual se apuntó Magí, un chico de mi facultad en Barcelona que conocí los primeros años. Nos lo pasamos muy bien hablando de la gente de otros países, estereotipos, a quien odiamos... Para comer Ana pidió salmón, Magí pidió ciervo y yo pedí reno, los tres platos estaban buenísimos. Por la noche fuimos a un club, recomendación de una amiga de Ana que también venía y resultó ser un auténtico muermo, la música era imposible de bailar, era tecno trance garage hyper mega house mix con sonidos de motos y aviones (lo juro).
Al día siguiente pateada de nuevo, pero esta vez más corta y después de desayunar unas magdalenas increíbles (hay que ver como se cuidan estos nórdicos!) con unas vistas aún mejores. Volvimos a quedar con Magí que nos acompaño a dar un vuelta, siempre grata su compañía porque tiene un humor que me encanta, y llegamos hasta el Vasamuseet que es un museo construido a partir del único barco del siglo XVII que está casi intacto.
En fin, una experiencia que hay que repetir ya que no da tiempo a ver todos los encantos de esta ciudad en un día y medio. Muchas gracias a Ana y Magí por enseñarme la ciudad y espero poderles enseñar alguna ciudad tan bien como lo han hecho ellos. La verdad es que me dejo algunas cosas por explicar pero no quiero hacer este post más largo de lo que ya es.
Saludos a tod@s!